Una leyenda desconocida: Los Tres Reyes Magos y la Befana ... Una leyenda oculta que involucra a los cuatro. Una hermosa historia para contar a nuestros pequeños.
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La Befana no es una bruja.
Contrariamente a lo que uno podría pensar, la Befana no es una bruja como se cree en el imaginario común. De hecho, el sombrero puntiagudo que encontramos un poco en todas partes, no sería el que representa la tradición más antigua.
Nuestra Befana, la italiana, la que trae los dulces a los niños, es una anciana dulce y cariñosa con los más pequeños.
Bella ciertamente no lo es, de hecho, sus representaciones la ven con una nariz larga, con la joroba la mayor parte de las veces y, con la escoba o el bastón que usa para ayudarse a caminar.
Sin sombrero puntiagudo, solo un pañuelo y una bufanda para cubrirse del frío.
¿Cómo se celebra la Befana en Italia?
La fiesta de la Epifanía, comúnmente llamada "Befana" se celebra el 6 de enero, es decir, el duodécimo día después del nacimiento del niño Jesús. Es parte de las fiestas navideñas italianas y con ella se concluyen las vacaciones de invierno, de hecho se dice: La epifanía todas las fiestas termina.
Tradicionalmente, los niños dejan un calcetín fuera de la habitación, colgando de la chimenea o cerca del árbol de Navidad, y la Befana lo llena con dulces si los niños fueron buenos o, con carbón (azúcar negro) si los niños fueron menos condescendientes.
"La Befana viene de noche con los zapatos rotos el vestido y el pañuelo ¡Viene viene La Befana !"
En la ciudad, sin embargo, dado que esta fiesta en el norte está principalmente vinculada a la cosecha, ya se celebra en la noche entre el 5 y el 6 de enero. Se prepara un títere que representa a la Befana y se quema. En algunas provincias simboliza la liberación de las desgracias del año que acaba de terminar, en otras, de acuerdo con la orientación que tome el humo, anticipa cómo irá la cosecha en el año en curso.
La leyenda
Se dice que la noche antes de llegar a Belén, los tres Reyes Magos se habían detenido en la cabaña de una anciana para pedir indicaciones. Aprovechan la oportunidad para invitarla a emprender en el viaje uniéndose a ellos. Pero la anciana se negó. Dijo que estaba muy ocupada.
Poco después, el mismo destino recayó en un pastor que trató de persuadir a la anciana para que se uniera a él para llegar al pesebre, pero también en esa ocasión la anciana no aceptó y el pastor se fue.
Pero por la noche, la anciana miró al cielo y vio una estrella, brillando como nunca antes, cruzar el firmamento. Inmediatamente lamentó haber rechazado las invitaciones, tomó todo lo que tenía para darle al niño Jesús y en su intención de alcanzar a los tres reyes magos se perdió. Así que en busca del pesebre, pasó toda la noche caminando en vano y decidió dar los regalos que llevaba a los niños que encontraba.
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